Una declaración de amor radical a la Tierra, a las personas y al conocimiento vivo.
Creemos en una agricultura que no impone, sino que acompaña.
Donde los procesos naturales son respetados, y el suelo, el agua y la vida microbiana no son alterados sino regenerados.
Trabajamos con técnicas basadas en la observación, la microbiología y la autosuficiencia, sin insumos ni interferencias.